miércoles, 1 de octubre de 2008

PLATÓN Y KANT: PENSAMIENTO VIGENTE

Rodolfo López Garibello

A lo largo de toda la historia se ha debatido el concepto de lo que es la educación, labor muy compleja, pues es un fenómeno que asume formas y modalidades distintas, según los grupos humanos y su correspondiente grado de desarrollo. Sin embargo, el presente escrito intenta plantear la relación entre lo que significa la Educación para Platón (428-347 a.C.) y para Kant (1724-1804) quienes desde diferentes momentos de la historia contribuyeron y siguen influyendo en el pensamiento de la humanidad.
Según Platón, la educación es una labor colectiva mediante la cual una sociedad inicia a su generación joven en los valores y las habilidades que caracterizan la vida de su civilización, ejerciendo de manera cotidiana, el contacto y el ejemplo, la conversación, la vida común; es decir, era la iniciación progresiva del más joven en las actividades sociales del mayor: el club, la gimnasia, el banquete . Actividad que se fundamentaba esencialmente en las relaciones profundas y precisas que unían de modo personal un espíritu joven con una persona de más edad, que era al mismo tiempo, su modelo, su guía y su iniciador. De igual manera, para Kant, “únicamente por la educación el hombre puede llegar a ser hombre. No es, sino lo que la educación le hace ser. Se ha de observar que el hombre no es educado más que por hombres, que igualmente están educados” . Es así como la única criatura que necesita educación, sólo puede llegar a ser hombre únicamente, mediante el desarrollo de una serie de capacidades que se adquieren por medio del cuidado que dan sus padres y educadores, como la disciplina y la instrucción, pues cuando nace carece de valores. En tal sentido, para Kant la educación es un arte que puede ser mecánico (sin plan alguno) donde se cometen muchos errores, o razonado (siguiendo un plan racional); donde una generación se apropia de los conocimientos anteriores para la construcción de un mundo mejor, es decir, el perfeccionamiento de la humanidad.
Platón plantea que uno de los objetivos de la educación era formar hombres virtuosos que pudieran gobernar la sociedad, dando privilegio al hombre político capaz de imponer su punto de vista a la asamblea de ciudadanos. El ideal en función del cual forma a sus discípulos es un ideal de sabiduría, más que de validez práctica, insistiendo en el aspecto moral de la educación, en la formación personal, en la vida interior . La educación debe llevar a crear un hombre virtuoso conocedor de lo que es justo, determinar lo que es bueno para él como para sus ciudadanos; la única condición para obrar bien es el saber. Platón realiza una postulación de valores absolutos: templanza, fortaleza, justicia, prudencia, como lo expresa en algunos de sus diálogos. Mientras que la educación para Kant, tiene por objetivo el ejercicio de la libertad, como un principio fundamental en los hombres: “es preciso desbastar la incultura del hombre a causa de su inclinación a la libertad; el animal, al contrario, no lo necesita por su instinto” ; ésta sólo se alcanza cuando el hombre es capaz de pensar por si mismo, tomar decisiones sobre su comportamiento individual y en sociedad de manera autónoma, dejando a un lado la pereza y la cobardía, como Kant mismo lo expresa
la pereza y la cobardía son causa de que una tan grande parte de los hombres continué a gusto en su estado de pupilo a pesar de que hace tiempo la naturaleza los liberó de ajena tutela; también lo son de que se haga tan fácil para otros erigirse tutores.
El hombre está acostumbrado a vivir en una minoría de edad, a que otros piensen y decidan su actuar, porque jamás se le dejó hacer el ensayo y porque a sus gobernantes no les interesa que se ilustren para alcanzar la mayoría de edad.
Hay un momento superior, no terminal que Kant lo denomina la ilustración, con el cual el hombre accede a la mayoría de edad, es decir, cuando está en capacidad de servirse de la razón, fuerza superior que no le es impuesta, sino condición propia de la naturaleza humana, sirviéndose de su propio entendimiento de manera libre y autónoma.
En cuanto al problema de conocimiento los dos filósofos ven la importancia de éste como condición principal que se debe desarrollar a través de la educación y de personas educadas. Para Platón, el hombre debe estar dispuesto a la búsqueda de la verdad, al deseo de conocer, es decir, el que quería alcanzar el saber; y es en el mito de la caverna donde Platón explica las diferentes etapas para llegar al conocimiento: la cueva corresponde al mundo sensible o de las cosas en general, el de la mera opinión, que posee un nivel inferior de conocimiento, un mundo inculto ; donde el hombre confunde la realidad con las sombras; en cambio en el mundo exterior, al que finalmente llega el prisionero que logró evadirse de la cueva, es el mundo del verdadero saber del conocimiento pleno y absoluto, es decir, el mundo de las ideas, donde se alcanza según él, la visión inteligible de la idea del Bien o lo que es verdadero, hallado en el equilibrio armónico de lo bello y lo bueno, es decir lo moralmente bueno, correcto o justo.
Con el mito de la caverna, Platón (2004) explica lo que para él es la educación: el transitar del mundo de las “sombras” donde se vive en el error y el engaño por culpa de la percepción recibida a través de los sentidos (cadenas), hasta lo “eterno, inmutable, inteligible e inmaterial”, es decir, al mundo de las ideas. Labor que debe ser desempeñada por el pedagogo o maestro, quien permaneciendo al lado del discípulo durante toda la jornada debe iniciarlo en la práctica de los buenos modales y la virtud, enseñándole a comportarse en el mundo y en la vida. En Kant, el fundamento de la verdad está en el sujeto que razona, sin desconocer que el conocimiento parte del contacto que tenemos de los objetos a través de los sentidos, “todo nuestro conocimiento arranca de los sentidos, pasa de ellos al entendimiento y termina por último en la razón” . Siendo Kant uno de los pensadores más sobresalientes de la modernidad, como lo han expresado varios autores, desarrolla en su obra un análisis riguroso de las condiciones que se deben dar en el conocimiento, sus posibilidades y límites.
Respecto a la forma como debe ser iniciada la educación en los niños, Platón y Kant presentan diferentes puntos de vista. Según Platón, los niños deben ser tratados de modo especial, sin excesiva dureza y sin demasiada permisividad, hasta a los seis años los juegos eran necesarios en los niños; y desde este momento era preciso corregirlos, pero sin imponerles ningún castigo ignominioso. Después de los seis años, los niños debían pasar a institutos especiales en donde se les educara en la parte física y en la espiritual a través de personas preparadas para salir de su condición de irracionalidad, como estaba establecido en la cultura griega, labor que era desempeñada por los filósofos . Kant, asimila el cuidado como la precaución que toman los padres para que los hijos no hagan uso irracional y nocivo de sus fuerzas; favoreciendo igualmente la educación del hombre, facilitando su desarrollo mediante la disciplina, como instrumento para que evite errores, acostumbrándolo a ciertos hábitos, fijándole ciertos límites, parámetros o pautas para que aprenda a comportarse. Así mismo, impedir que el hombre por causa de sus impulsos naturales sea sometido por la barbarie o salvajismo, que la parte animal del hombre se imponga en el género humano y se aparte de su objetivo principal: la humanidad. De manera concomitante con la disciplina nos encontramos con la instrucción asociada a la cultura, la entrega de saberes y conocimientos que tiene como propósito desarrollar en el hombre las habilidades para orientarse en todos los fines, algunas útiles en todas las circunstancias, como por ejemplo leer y escribir, otras sólo para fines determinados .
Puede verse en los planteamientos de estos pensadores se demuestra cómo la educación requiere un aprestamiento y debe estar orientada por personas idóneas moralmente y capaces intelectualmente. Platón hace un llamado a la preparación pedagógica y a la necesidad de que las escuelas estén orientadas por filósofos, donde fuera necesario probar y preparar a los aspirantes, planteando por vez primera esta exigencia que desde entonces se impondrá al educador. Kant justifica su rechazo a la sociedad existente, demostrando que la educación debe estar en manos de hombres educados, es decir, preparados para la enseñanza, yendo mucho más lejos en los aportes a los futuros pedagogos; convendría que los maestros leyeran sus ideas, aún tiene mucho que decirnos, tal como lo plantea en la siguiente cita: “la dirección de las escuelas debería depender sólo en el juicio de los entendidos más esclarecidos y esta es una verdad que convendría hacer saber a la burocracia en cualquier lugar”.

Concluyendo podemos decir que, en los planteamientos hechos por Platón y Kant sobre educación, el fundamento principal gira en torno a la moral cobrando validez todos sus aportes en la actualidad en una sociedad que empieza a preocuparse debido a la forma como los valores se extinguen, negando la sana convivencia y la pacificación universal.




REFERENCIAS


BÖHM, W. Y SCHIEFELBEIN, E. (2004). Repensar la Educación. Bogotá: Universidad Javeriana.

BURGOS, Campo Elías. (2004). Kant. Educación y Pedagogía. Consulta realizada el 17 de Marzo de 2008, en http://usergioarboleda.edu.co/civilizar/kant_educacion_pedagogia.htm

GIMÉNEZ, I. F. (1991). Lecciones sobre I. Kant. Madrid: IES

KANT, I. (1978). Filosofía de la Historia. México: Fondo de Cultura Económica.

KANT, I. (1991). Pedagogía. Madrid: Akal.

MARROU, Henri-Irénée. (1985). Historia de la Educación en la Antigüedad. Distrito Federal, México: Fondo de Cultura Económica.

MONOGRAFÍAS.COM (2001). Historia de la Filosofía, Obtenido el 6 de Abril de 2008 en http://www.monografías.com/trabajos/filosofía/filosofía.shtml

PÉREZ TAMAYO, Ruy. (2000). ¿Existe él Método Científico?. Distrito Federal: México: La Ciencia para Todos.